martes, octubre 18, 2005

El aprendizaje del minimo esfuerzo (publicado en Dia Siete 263)

Para quien han pasado casi treinta años desde que ocupó por última vez el pupitre de una secundaria pública, hoy resulta inquietante la relación entre maestros y alumnos. Es muy difícil saber cuál es el grado de identificación entre unos y otros. La autoridad institucional, preclaro enemigo de mi generación, en todo momento parece mostrar como al desgaire su jerarquía. La ortopedia social sigue presente en las instalaciones sombrías y con toda la pinta de correccional o fábrica. Pero algo no va bien en la formación de individuos dóciles y útiles toda vez que en mayor número determinan los censos nacionales de población en prisiones y de desempleo. ¿Podría ser esto una prueba de la bipolaridad del sistema educativo?
Percibo una ausencia de transgresión reactiva que ponga a prueba la condescendencia de los profesores. Los estudiantes se ven más cerebrales que espontáneos, parecen indefensos, aniñados y en una navegación con banderas desplegadas por un mundo virtual de cultura pop, pero su desinterés silencioso por el aprendizaje me habla claramente de una rebeldía soterrada. La indulgencia se ha constituido como norma general en esa secundaria de barrio proletario. Experimento una sensación similar cuando presencio un partido de futbol donde ambos equipos juegan al empate. No hay furia cocinándose a fuego lento ni rivalidades declaradas, mucho menos espíritu de competencia así sea entre compañeros de equipo para ganarse el puesto. Este ambiente disperso me hace creer que los estudiantes intuyen el sinsentido de cualquier batalla, a no ser a golpes a la salida de clases por el amor de una Julieta o un Romeo ocasional. De otro modo es mejor hacerse a un lado.
Adquirir conocimientos con métodos tan poco novedosos como oír una clase en lo que se llena de apuntes un cuaderno, no parece muy estimulante para una generación habituada al control remoto y sus imágenes trepidantes. Un conocimiento muerto en pesadas mochilas al hombro joroba la postura de sus cargadores.
Durante mi época de estudiante en este mismo plantel, los maestros enseñaban bajo normas rígidas y convicciones categóricas a favor del saber y el esfuerzo que en el mejor de los casos a unos nos hacía sacar la casta y las mañas y a otros, la mayoría siento decirlo, sólo desear el final del turno. Me parece que nadie puede sentirse estimulado a aprender si no subyace dentro de uno la desazón de sentirse amenazado por el futuro.
La ausencia de emoción y curiosidad en las aulas, creo que tiene más que ver con un saber instintivo de que fuera de los muros de la escuela, se necesita mucho más que la frialdad ceremoniosa de los datos, las efemérides, las cifras y una calificación aprobatoria. Al preguntar al azar a varios alumnos si les gustaba ir a la escuela, todos respondían que sí. ¿Por qué? Porque aprendo mucho y tengo buenos maestros. Sin embargo, esta respuesta autocomplaciente contenía en la mirada, los gestos y las postura corporal la misma ambigüedad de quien le da lo mismo tirar un zarpazo que correr a la madriguera.
El beneficio a futuro de la enseñanza es una leyenda edificante que uno aprende a valorar desde casa. La mayoría de los jóvenes aún creen que la educación puede ser el elemento más importante en su escalada social e influyente en sus oportunidades de éxito en la vida. Los maestros insisten en ello y estos muchachos que me rodean, cautos y suspicaces, parecen decididos a respetar tales convicciones aunque no crean mucho en ellas. Tal estrategia surte mejores dividendos que la oposición abierta. Ellos saben que de un modo u otro ya son protagonistas de un mercado global de consumo: sexo, crimen, guerra y producción de tecnología y cultura chatarra. ¿Quién se atrevería a decirles que están equivocados en un país donde es materia obligatoria vivir bajo la ley del mínimo esfuerzo?

7 comentarios:

Joselu dijo...

Hola, compañero de blog. Me he decidido a escribir unas líneas porque cuando uno se esfuerza tanto en plantear algunas cuestiones, es triste que la única respuesta sea el silencio. He leído con cuidado tu texto, incluso lo he impreso, y la impresión que me da es que mezclas cosas muy diferentes, todas muy complejas e inciertas y, por otro lado, que no eres docente, como lo soy yo, uno de esos profesores de secundaria que somos directamente aludidos como parte del sistema autoritario, al menos esa es la imagen que te quedó de la escuela que viviste. Yo debo tener una edad parecida a la tuya, quizás algún año más, y viví la escuela del franquismo, la universidad de la transición, la incorporación como docente a la escuela de los años 80, y lo que ha venido después de la LOGSE. El autoritarismo se ha acabado te lo puedo asegurar. Es cierto que las clases en general carecen de emoción, quizás porque sea poco estimulante una clase de apuntes. No sé, he ensayado multitud de sistemas, y pocos funcionan si no es tenerlos delante de un ordenador con un programa tipo concurso con estímulos inmediatos. Estoy absolutamente desorientado, yo que en los años 80 y 90, con otras generaciones, me consideraba un profesor ácrata que enseñaba a pensar contra el poder a sus alumnos. Quizás intuyen lo que dices tú, que son protagonistas ya de un mercado global de consumo y que en la escuela abundan cantos de sirena. No sé hasta qué punto la escuela es útil hoy día para enseñar a pensar. Éste era mi eje en el pasado (soy -era- profesor de Literatura: esta asignatura ha desaparecido de los programas en un 90%). Hay mucha desgana, falta de fe en la escuela y en los conocimientos que difunde... No sé, no tengo certezas excesivas. Te manifiesto un estado de ánimo de desazón profunda. Los alumnos -sostienes- no tienen motivos para aprender si no se ven amenazados por el futuro. Esto del futuro es algo que no existe para los jóvenes de hoy día. El mundo se cae a pedazos pero ellos no quieren mirar hacia los descosidos fenomenales. Realmente es difícil enfrentarse a estas generaciones de No futur. Lentamente nos van contagiando, o ellos se han contagiado del enorme mercado en que consiste todo. Ayer El País hablaba de los jóvenes de treinta años superpreparados pero que no conseguían trabajos suficientemente remunerados como para independizarse de casa. Conozco el tema. La educación, por exquisita que sea, no garantiza ya una futura colocación. Son otras habilidades -para los negocios- quizás, las que hacen que alguien progrese económicamente. Como final, estoy de acuerdo en varias de tus consideraciones, pero te falta la experiencia del mundo de la enseñanza en directo. El conjunto resulta algo confuso pues hablas de una clara rebeldía soterrada entre los alumnos. No la llego a percibir, como no sea la del "no" a este sistema, pero no sé qué sistema vendrá a sustituir a éste. Esa será ya otra generación y otros medios tecnológicos los que nos ayuden a vislumbrar otros caminos. Tengo un blog en olahjl.blogspot.com, en él planteo incertezas más que convicciones. Recibe un cordial saludo. Me han gustado tus reflexiones, al menos las de este artículo en el que me he sentido aludido de alguna manera.

Roberto Iza Valdés dijo...
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Roberto Iza Valdés dijo...
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Roberto Iza Valdés dijo...
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zipperbelt dijo...

o sea que ni piaget ni wigotsky está cabrón aplicarlos a cincuenta alumnos por cincuenta pesos, no?

Johann Wegmann dijo...

Concuerdo con Joselu sobre que la tristeza de que la unica respuesta sea el silencio. Podría pasar lo mismo en mi blog. llegué acá por casualidad buscando en google información sobre la literatura en la navidad. Es que estoy disñando mi reportaje de título desde esa perspectiva, huelga decir que con una intencíón latente KRÍTIKA, bajo el disfraz de lo interpretativo. En la Católica del Norte, Antofagasta, a veces, (por no decir siepmpre) existe un problema de rigidez paradigmática, así por eufemizar algo... La decanatura parece institución papal, o sea hay que esperar a que muera para que salga humo turbio... Pero bueno, la idea es presentar al tema de la natividad inmerso en un contexto de denuncia en la literatura tradicional (ver Dickens, Wilde o Andersen)y me falta ver que dice la literatura norteamericana al respecto, que salvo un muy buen cuento de Bradbury sobre una navidad en el espacio, no he visto la temática (o se me ha pasado por alto) en su literatura tradicional, curiosamente en el país que reinventó la navidad. También pretendo ambientar y adaptar en lo local escenas donde el contexto es navideño, como el final de Papelucho casi huérfano, o en "Nuestras sombras" donde se podría especular que en el mapa mental del chileno inmerso en su hemisferio sur, fondeado tras la cortina cordillerana, la vida transcurre estacionalmente, siendo la navidad o fiestas de fin de año un cierre de ciclos existenciales... etc. No quiero aburrirte con divagaciones, y agrego un comentario a tu texto: A la luz del intercambio multidisciplinario teórico que estamos presenciando en nuestros días, a la fosilización de los enfoques protofacistas de siempre, se hace posible mantener en pie la demanda de hacerle entender a esta pandilla de anormales de que , no es que sean victimas, pues primero, son responsables pasivos del entorno cultural DE MIERDA, SINO QUE TIENEN EL DEBER DE ENTENDER LOS MECANISMOS MEDIANTE LOS CUALES SON MANTENIDOS EN LA ESTUPIDEZ, SIEMPRE RESPONDIENDO A UNA MANO INVISIBLE DE INTERESES ECONÓMICOS, Y A UNA NATURAL Y SISTÉMICA TENDENCIA AL EQUILIBRIO DEL SATATUS QUO. CREO QUE LOS CAMBIOS Y LOS ENTENDIMIENTOS PASAN POR TENER LOS RECURSOS MEDIANTE PROYECTOS DE EXCELENCIA QUE POCO A POCO VAYAN DESPLAZANDO A LA MIERDA (UTILIZADA PARA EL CONTROL SOCIAL) HACIA EL BASURERO DONDE DEBE ESTAR. UN ENTORNO MÁS BONITO ES POSIBLE Y NO ES NECESARIO MÁS REVOLUCIONES SANGRIENTAS PARA LOGRARLO... "MÁS HEROES NI MÁS MILAGROS PA' ADECENTAR EL LOCAL" COMO DICE SERRAT EN "A QUIEN CORRESPONDA". HAY QUE JUGAR POR EL LADO QUE A ESTOS MERLUZOS LES GUSTA PARA DERROTARLOS. EL ASUNTO ES MASIFICARLO. LOS CABROS NO SABEN PADONDE VAN PORQUE TODO SU UNIVERSO REFERENCIAL SON LOS METARELATOS QUE ENCUENTRAN EN LA TELEVISION ABIERTA, EN MTV, Y EN EL 80 PORCIENTO DEL CINE AL QUE TIENEN ACCESO. EL RESTO DE LOS MEDIOS CORROBORA LO ANTERIOR DANDOSE VUELTAS EN L0 MISMO ¿RECUERDAS EL MITO DE LA CAVERNA? BUENO NO TE CANSO MAS OJALA ME HAYAS ENTENDIDO, Y VISITA MI BLOG, QUE SALVO ALGUNA PARTES PERSONALES MINIMAS DE BITACORA EL RESTO ES ANALISIS INTERESANTE SOBRE LA CONTINGENCIA O LA LITERATURA. TE INVITO A COMPARTIR PARA AUNAR CRITERIOS, SI TEIENES LA DISPOSICION. http://fractalmagazine.blogspot.com LO DE FRACTAL TIENE QUE VER CON LOS ANALISIS DE BAUDRILLARD SOBRE LA POSMODERNIDAD Y LA REALIDAD FRAGMENTADA Y SIMULADA... IGUAL A TRAVES DE MINOMBRE LLEGAS AL BOLG, PERO POR SIACA, SALUD!

Tercera Opinión dijo...

Nadie quiere darse cuenta, porque en realidad todos tenemos parte de culpa, pero vamos de mal en peor. Los valores se han perdido y los alumnos ya no necesitan esforzarse por nada.

Hasta van a hacer un Trivial Pursuit con preguntas más fáciles para la siguiente generación de españoles. Te invito a leer el artículo.

http://www.terceraopinion.net/2009/06/28/trivial-edicion-loe/

Un saludo.