Nuestro querido amigo Francisco Oyarzábal, jefe de redacción de la revista Generación, publica un portafolio de fotografía erótica inspirada en las musas del movimiento dark mexicano. Contribuimos con un breve texto introductorio:
Ese oscuro objeto fotográfico
Se podría
decir que Francisco Oyarzábal tiene un grave problema con las normatividades.
El objeto (erótico) de su lente es no sólo la genitalia femenina, sino toda una
parafernalia darky que rinde culto a
lo necrófilo. La obsesión de Oyarzábal por la belleza femenina llevada a un
punto extremo podría situarlo en un estado fronterizo de cordura como última
barrera contra las manías obsesivas. Sus fotos podrían ser interpretadas como
un catálogo de parafilias y pasiones excéntricas. Con un guiño a otro maestro
de la fotografía erótica extrema, Araki; crueldad y dominio juegan roles
complementarios en toda una estética que pondera la crudeza de unas cadenas
enrolladas al cuelo o la cintura, unas bragas de cuero negro con estoperoles y
alhajas inspiradas en herrajes de castigo. Nada de esto logra ni por un momento
distraer la mirada del observador sobre un cuerpo voluptuoso que con cierto
candor reafirma la belleza de la raza de bronce. ¿Erotismo o pornografía? Nada
de esto explica la profunda reverencia del fotógrafo hacia la belleza femenina
y sus posibilidades transgresoras dentro de un mundo donde se ha globalizado la
minoría de edad, con todo lo que esto implica. Siempre desde la periferia,
fotógrafo de planta de la revista Generación, editor y traductor de escritores
con los que comparte mirada y actitud, Oyarzábal celebra el cuerpo femenino
desde uno de sus lados más oscuros y cachondos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario