martes, enero 08, 2013

Entrevista para Milenio Dominical



J.M. Servín: “Todos los días recuerdo de dónde vengo”

Dominical •
 
J.M. Servín es una especie de sobreviviente. Creció en la Unidad Infonavit Iztacalco, o como él dice “Infiernavit” o “Infonabronx”. “Era un reformatorio de puertas abiertas”, recuerda el escritor, quien dice que al menos en tres ocasiones ha tenido que reinventarse y empezar de cero. Share
¿CÓMO LLEGA A LA LITERATURA?
Por suerte. Mis padres no tenían educación formal pero les gustaba la lectura, en casa siempre hubo libros. Una de mis hermanas me compró una colección de cuentos de los hermanos Grimm. También leía cómics, Lágrimas y risas por parte de mi mamá y Hermelinda Linda por mis hermanos.
¿HASTA QUÉ GRADO ESTUDIÓ?
A los cuatro meses de haber entrado a la Prepa 6 me expulsaron. Era buen lector pero mal estudiante, además tenía problemas de conducta.
¿QUÉ PROBLEMAS DE CONDUCTA TENÍA?
Era peleonero, dado a provocar a los maestros; un conflicto de autoridad, dirían los psicólogos sociales. Una vez estuve a punto entrar al Consejo Tutelar de Menores, mi padre fue a hablar con el director e impidió que nos ingresaran a mi hermano y a mí.
¿CÓMO CORRIGIÓ EL RUMBO?
Mi padre llegó a pensar que estaba enfermo porque leía demasiado; por otra parte, mis hermanos entendieron que la lectura podía ayudar a no desbarrancarme. Siempre hubo alguien cerca para echarme la mano. De lo único que estaba seguro era de que no me quería quedar en ese
ambiente, ni ser toda la vida obrero.
¿LA ESCRITURA ES REDENCIÓN?
Sí, y es reeducación. No creo que nos vuelva mejores pero sí nos da la capacidad de elegir por nosotros mismos.
SE REINVENTÓ.
Totalmente. Mi vida ha tenido tres inicios. Uno cuando me fui de México. Dos, mi llegada a Estados Unidos, porque no sabía qué hacer. Tres, mi regreso al país, porque a partir de entonces me dediqué a escribir, en ese momento me convencí que podía dedicarme a esto. Quizá
padecía falta de autoestima.
¿YA SUPERADA?
No del todo. Me gusta lo que hago, pero todos los días me recuerdo de dónde vengo porque ése es un acicate para seguir.
SU CICATRIZ MÁS PROFUNDA ES…
Ver morir a mis padres pobres porque eran clase trabajadora que vivía al día.
¿TIENE MASCOTA?
Me encantan los perros, tengo un bull terrier inglés que se llama Kato, siempre digo que es mi editor porque es un detonador de mi creatividad y tranquilidad.
¿QUÉ QUEDA DE SU ESPÍRITU PUNK?
A lo mejor la rabia, mi idea de no rendirme a las primeras; cuestionarme siempre todo, empezando por mí mismo.
¿SIGUE ESCUCHANDO A LOS RAMONES?
Oigo más funk, la tradición negra afroamericana me fascina y la combino con el punk de Los Ramones y The Clash.
TAMBIÉN LE GUSTA SERGEI GAINSBOURG…
El gran trovador francés es un genio, ya sea como personaje público o cantante, es fantástico, tenía todo. Esos son los dioses. Fue un ícono transgresor desde la cultura popular.
¿ENCUENTRA A ALGÚN MEXICANO DE ESAS CARACTERÍSTICAS?
La verdad no; lo encontraría más en El Púas Olivares, es un ícono de la contracultura nacional. Incluso más que el rock local, que en general me parece bastante ñoño. En las letras habría que revisar la obra de José Revueltas, a quien no se le ha dado el valor que se merece.
¿QUÉ SIGNIFICAN SUS TATUAJES?
Nada en concreto. Son reflejo de distintas etapas de mi vida donde sentía la necesidad de abrirme a los demás, al mundo, y de gritar a través de mi cuerpo. Pero tienen que ver más con mi juventud que con lo que soy a mis 50 años.
¿SE ARREPIENTE DE ELLOS?
No, para nada. De hecho me gustaría hacerme otro, pero duele demasiado y ya no estoy dispuesto a esas cosas.
* * *
J.M. SERVÍN
(Ciudad de México, 1962) es autor de libros como Por amor al dólar, Cuentos para gente sola y DF Confidencial, crónicas de delincuentes, vagos y de más gente sin futuro. Es director y editor de la revista Cuadernos de Periodismo Gonzo.

No hay comentarios.: